Hasta los 12 meses se desaconseja que los niños tomen infusiones como tal. Existen granulados (infusiones instantáneas) que sí podrían tomar desde más pequeños, estas se disuelven en el biberón, en agua o zumo.
Las más frecuentes son las infusiones instantáneas que tienen propiedades digestivas, relajantes y laxantes.