¿Para qué sirve el tónico facial?
La función más relevante de los tónicos faciales es el restablecimiento del PH de la piel, pero esta no es la única que cumplen. Además, tiene efectos reafirmantes. Y, en tipos concretos de cutis, como la piel grasa, resulta muy útil para reducir el exceso de sebo, de la misma forma que sus propiedades calmantes resultan muy adecuadas para pieles sensibles.
Tipos de tónicos faciales
Existen varios tipos de tónicos faciales, dependiendo de la clasificación que se realice. Pero, atendiendo a su utilidad, podemos distinguir entre los siguientes.
Tónico despigmentante
Los tónicos despigmentantes tienen como objetivo acabar con ojeras, manchas, cicatrices y el exceso de grasa. Además, aportan luminosidad y contribuyen a recuperar el tono natural de la piel.
Tónico astringente
La función principal del tónico astringente facial pasa por secar los granos, aunque también hidrata la piel y calma las molestias que generan estos. Igualmente, es muy indicado para prevenir el acné y controlar el exceso de grasa.
Tónico hidratante
El tónico facial hidratante cumple con la función de hidratar convenientemente la piel del rostro, aunque también tiene efectos calmantes y su aplicación es muy refrescante.
Tónico sin alcohol
Los tónicos sin alcohol son aquellos que no añaden alcohol en su composición. Aunque para algunos casos este componente es útil y recomendable, en otras, como en pieles sensibles, puede ser irritante, por lo que este tipo de tónicos serían más adecuados.
Elige el tónico facial en función de tu piel
Para cada tipo de piel existe un tónico facial adecuado. Por ello, es conveniente conocer bien cuál será el producto más propicio para cada caso. Entre ellos, se pueden distinguir los siguientes:
- Tónico para piel grasa
- Tónico para pieles sensibles
- Tónico para piel mixta
- Tónico para acné
¿Cómo aplicar un tónico facial?
El tónico facial debe incluirse como uno de los pasos de rutina de limpieza diaria. Esta deberá comenzar con la aplicación de una crema limpiadora o un desmaquillante. El siguiente paso será, efectivamente, el tónico facial. Para ello, conviene utilizar un disco de algodón, para así distribuirlo bien por toda la cara. No obstante, y dependiendo de la preparación del producto, también se puede aplicar pulverizado o directamente con los dedos, mediante un suave masaje.
Tras el tónico o, en su lugar, las aguas termales, será el momento de disponer la mascarilla facial. Por último, una buena crema hidratante será el paso con el que concluir la limpieza de cutis.