¿Para qué sirve un exfoliante facial?
Como ya se ha visto, la exfoliación tiene como principal objetivo la eliminación de impurezas y células muertas. Entre sus beneficios, se cuenta la activación del riego sanguíneo al aplicar las cremas exfoliantes con un suave masaje. También contribuye a recuperar el tono natural de la piel, destapa los poros en los casos de acné y suprime el exceso de grasa. Por último, ayuda a tonificar e hidratar las pieles secas.
¿Qué crema exfoliante de cara elegir en función de tu piel?
Dependiendo del tipo de piel, será más conveniente una crema exfoliante u otra. De esta forma, no será el mismo producto el que deba utilizarse si se tiene una piel grasa en el rostro que una sensible.
Exfoliante facial para piel grasa
Las pieles grasas tienden a tener los poros más abiertos y una mayor tendencia a padecer acné. Para ellas, resulta conveniente una crema exfoliante facial de grano grueso que ayude a eliminar las impurezas y aplicarlo con una regularidad semanal.
Exfoliante facial para piel sensible
Este tipo de dermis requiere cuidados especiales y, en ocasiones, puede dar cierto reparo aplicarle tratamientos exfoliantes. Sin embargo, también resulta conveniente hacerlo con regularidad, eso sí, menor que en los casos grasos y utilizando un exfoliante facial suave, adecuado para pieles sensibles, como los enzimáticos o el gel exfoliante Avène Suavidad.
Exfoliante facial para piel mixta
Las pieles mixtas admiten más opciones que otros tipos como las grasas o las sensibles. No obstante, son recomendables exfoliantes no muy fuertes y de tipo granulado.
Exfoliante facial para piel seca
Una incorrecta hidratación, productos cosméticos que no se utilizan debidamente u otros factores externos como el sol pueden provocar sequedad en la dermis. Ante ello, un exfoliante facial para piel seca como los AHA (alfa hidroxi-ácidos), con ácido glicólico, son muy adecuados.
¿Cómo usar una crema exfoliante de cara en tu rutina facial?
En primer lugar, la frecuencia de la exfoliación dependerá del tipo de piel. De esta forma, en pieles normales y grasas, puede aplicarse una vez por semana, pero en caso de las pieles sensibles, la periodicidad del tratamiento deberá ser más baja (una vez cada dos semanas).
El primer paso antes de aplicar una crema exfoliante en la cara es limpiar bien el rostro, eliminando cualquier resto de maquillaje o cualquier otro producto. Para ello, se puede utilizar una leche limpiadora. Una vez esté la cara bien limpia, es el momento del exfoliante, que deberá aplicarse con movimientos circulares, empezando por la frente y descendiendo por nariz y mejillas, hasta llegar a la barbilla.
Por último, llegará el momento de retirar la crema exfoliante con agua fría, ya que esta contribuirá a cerrar los poros. Tras ello, podemos aplicar una crema facial hidratante que complete nuestra rutina. De la misma forma, otro complemento muy adecuado para la limpieza es aplicar mascarillas específicas.
Es conveniente recordar que, además de los exfoliantes, en las limpiezas también se puede aplicar un tónico facial, una alternativa que ayuda a dejar suave la piel y a que esta se hidrate convenientemente.