¡Hola chic@s!

Queda muy poco para poder disfrutar de la primavera, de esos primeros y cálidos rayos de sol, de las terracitas, los paseos y de quitarnos de una vez por todas el abrigo.

Si hace poco has tenido un bebé seguro que te morirás de ganas por llevártelo de paseo a cualquier sitio y que disfrute por primera vez del calor que desprenden los rayos del sol, pero ¿es una buena idea? 
En nuestro blog te damos la respuesta.

La luz del sol es fuente de vida tanto para nuestros hijos como para nosotros ya que hace que nuestro cuerpo fabrique la importantísima vitamina D. Sin embargo, el sol tiene una cara no tan amigable que puede provocar irritaciones, deshidratación e incluso graves quemaduras si nos exponemos a él sin cuidado.

Casi todos los veranos es normal ver en las noticias bebés que han tenido que ser ingresados por sufrir quemaduras causadas por el sol al estar en la playa con sus padres y es que, si a nosotros puede llegar a quemarnos ¡imagina a ellos! Con lo delicada que es su piel…

Los expertos nos advierten: nunca debemos exponer a los menores de 6 meses al sol ¡ni siquiera con protección!

Los mayores de 6 meses deben hacerlo pero siempre a la sombra, donde estén fresquitos y protegidos de los rayos UV. Además, es importante ponerles una gorra, aplicarles protección solar especial para bebés y evitar las horas centrales del día.

¿Y los pequeños? Ni siquiera así.
No debes exponerlos de manera directa al sol ni con crema, ni con gorro, ni aunque solo se les vea los ojitos. Su piel es extremadamente delicada y, además de poder quemarse, pueden sufrir secuelas que, de adultos, pueden convertirse en cáncer de piel…

Sabemos las ganas que tienes y cuánto imaginas a tu pequeño en la playa o la piscina disfrutando pero, espera. Tienes toda la vida para hacerlo sin riesgos.